Según la historia, Hipocrates trataba su reumatismo con el veneno de abeja y Carlomagno aprovechaba sus propiedades terapeúticas para paliar sus violentos ataques de gota. Se ha podido constatar que el veneno de abeja, además de ser un remedio eficaz contra cierto número de enfermedades, constituye un medio profiláctico excelente.
El apicultor chino Yan Chuanguan y su asistente. Foto: AP |
Existe una forma de tratamiento que se denomina: Apiterapia, que consiste en el uso terapéutico principalmente de apitoxinas (veneno de abeja) y otros productos de las abejas, como la miel, el polen, la jalea real y el propóleo con fines terapéuticos y preventivos. De esta manera es como se curan una ámplia cantidad de enfermedades como la artritis, bursitis, tendinitis, herpes zóster, cáncer, artrosis, esclerosis múltiple, etc., y asimismo se eleva la inmunidad. Pero no se debe de utilizar la apiterapia independientemente, sin el control del médico.
El veneno de las abejas contiene varios péptidos y componentes proteicos, algunos de ellos son capaces de inducir respuestas tóxicas o vasomotoras. Es un alérgeno muy potente. Según estimaciones, la dósis letal para el ser humano es de 500 picaduras de abejas.
* * *Adaptado y publicado por Mauritz.
Fuentes: AiF.ru ; Wikipedia.org ; NoticiasApicolas.com ; Redpermacultura.org
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