miércoles, 10 de noviembre de 2010

Entrevista a Natalia Vodianova, la supermodelo rusa más famosa del mundo (I)

foto: biografias.es
"Yo creo en el destino, en la predestinación superior, - afirma Natalia. - Yo nunca no esperaba recibir tanto de la vida, y por eso soy agradecida por todo". 

Los tiempos difíciles
La infancia de Natalia Vodianova es más conocida que el pasado de cualquier otra mujer famosa rusa. Ella nació en Rusia en Gorki (hoy Nizhny Nóvgorod) el 28 de febrero de 1982.
Creció en una familia de escasos recursos económicos. Su padre abandonó la familia  cuando Natalia era aún muy pequeña. Su madre tenía que trabajar en cuatro lugares pra poder alimentar a sus tres hijas (todas de padres distintos, una de las hermanas de Natalia es inválida de nacimiento, padece de parálisis cerebral), pero de todos modos el dinero no alcanzaba catastróficamente.Todos los quehaceres del hogar tenía que hacerlos la futura supermodelo. En esos años duros, Natalia ni se imaginaba del éxito que le esperaba. Desde los 11 años, ella ayudaba a su madre que se dedicaba a la venta de frutas y verduras en un puesto ambulante, cargaba cajas pesadas y se congelaba de frio en el puesto de venta. Ella no alcanzaba asistir a la escuela ni a hacer, con mayor razón, las tareas de la escuela. Los maestros de todos modos la estimaban y con comprensión correspondían al drama familiar de Natalia. Lo que no se puede decir sobre los alumnos de su clase, porque, según ellos, como la chica se vestía pobremente y andaba moribunda, no merecía el respeto ni la compasión.
Pero de todos modos Natalia afirma que sus años de la infancia fueron luminosos.
"Yo conozco infinidad de personas que, al recordarse de sus infancias, afirman que hubiese sido mejor que no hubiesen nacido, no obstante mi niñez de todos modos fue afortunada. Mi madre tenía que trabajar casi días enteros y yo comprendía que nuestra vida era difícil, sin embargo yo me las arreglaba para tratar de buscar alguna salida. Pero no se porqué, es cosa que no me puedo explicar, yo siempre sabía que algun día todo tenía que cambiar". (The Guardian).

La transformación del patito feo
Ahora Natalia Bodianova - es la supermodelo rusa más famosa  del mundo. Pero en los años escolares ella no se consideraba en si bonita, y los muchachos de la clase no les prestaban atención. 
Además que para ella era muy difícil, al igual que con la alimentación, la situación con los vestidos. Natalia tenía que arreglárselas con los trajes y faldas de su madre y de su abuela.
"Para mi hasta ahora no hay cosa más bonita que el abrigo de cuero artificial blanco, que yo lo tube cuando tenía 15 años. <...>. Yo tuve que suplicarle a mi madre para comprarle el abrigo a una conocida. Con ese abrigo yo me sentía como una verdadera princesa. Incluso las abuelitas me miraban y se sonreían al verme con ese abrigo. Una vez, dos chicos empezaron a molestarme diciendome: "Oy, que tipo de hermosura tenemos aquí" - y empezarom a tirarme suciedad. Y a pesar de que tuve que escaparme, yo sentía una verdadera felicidad: ya que generalmente con estos tipos de chicos hablaba, pero como me vieron con ese abrigo bonito, ellos pensaron que yo era una muchacha "rica". Y esto a mi me agradó. (The Guardian).
 Paulatinamente Natalia empezó a reconocer que ella era bonita. "Hasta los 15 años yo era muy delgada, y es por eso que, en general, a los chicos no les gustaba. Pero cuando cumplí los 15 años, yo llegé a entender que tenía algo de bonita, porque los hombres si prestaban su atención en mí. Y no los chicos de mi escuela, sino los hombres adultos. Entonces mi intuición empezó a decirme de que en mi vida algo sucedería debido a mi belleza. Y es así como empezó la historia clásica del patito feo". (The Guardian).
Los pasos providenciales
"Tenía 15 años. Mi amigo era también modelo, que estudiaba en la escuela de Natalia Vlasova de Nizhni Nóvgorod. Ellos hacían algunos castings, donde todo era alegría. Cuando me conocí con el, el me dijo: "Te llevaré a esa escuela...". El decidió efectuar el pago  y yo le constesté: "Esta bién". En la escuela nos dedicabamos a hacer coreografía, leiamos poemas, haqciamos maquillajes. En si esto en principio era una tontería..., como si fuese juego para chicas. Y por esto cobraban dinero. Esto hoy  me causa risa, porque solo en Rusia puede darse eso." ("Izvestia").
Los alumnos de la escuela de modelos, donde estudiaba Natalia, periódicamente trabajaban como promotores, pero la futura modelo no consideraba en serio este tipo de trabajo. A los 15 años, ella llegó a crear su negocio: "Nosotros  con mi amiga alquilamos un apartamento y empezamos a vender frutas ya que sabiamos como funcionaba este tipo de negocio. <...>. Y nosotros ganabamos bién. Y es por esta razón que yo no le prestaba la atención al negocio de modelo. El pago era de solo 50 rublos (1 dólar = 30 rublos) por casting. Yo en mi negocio ganaba más". 
Y fue así que una vez, la cenicienta de Nizhni Nóvgorod tuvo una gran suerte. A la escuela de modelos de Natalia Vlasova llegaron los reclutadores occidentales, para organizar el casting de modelos. Todas las chicas tenían que presentarse con faldas cortas negras y con zapatos de taco. Natalia, obviamente que no disponía de la falda. Ella tuvo que invetárselas para confeccionar de alguna manera su falda, y al momento del inicio del casting, las pretendientes ya estaban esperando en fila a los visitantes.
"Pase lo que pase, allí yo me sentía una niña orgullosa... y no me paré detrás de la fila, sino a un costado. Pero de todos modos, y gracias a Dios, fuí escogida por el genio Alexey Vasíliev (fotografo famoso). El tiene unos ojos talentosos. El se me acercó con su cámara y me dijo: "O! Romi Schneider!. Hola Romi Schneider!". ("Izvestia").
Vasíliev le prometió a Natalia que: "Si aprendes inglés, viajarás a Paris". La futura modelo no confió en sus palabras, pero su madre y su abuela la apoyaron a esta joven hermosa."Pero, que te pasa". Esto para ti es una oportunidad que debes de aprovecharla. Tu debes de hacer todo lo posible para salir de esta miseria". 
Natalia Vodianova mostró una gran tenacidad, para una chica que a los 15 años tuvo que abandonar la escuela. En dos meses ella aprendió el inglés y realmente llegó a viajar a Paris. 
En diciembre de 1999, ella participó en el concurso de la agencia francesa Madison, y los miembros del jurado, entre los cuales se encontraba el mismo Jean Paul Gaultier, le premió con el  segundo puesto. 
A Natalia le ofrecieron firmar el contrato. Pero, los honorarios de la futura estrella eran solo de 600 francos mensuales y tuvo que vivir en la habitación de un hotel conjuntamente con otras chicas modelos, pero Natalia no podía acostumbrarse a las dificultades. 
Al estar en la capital de la moda, ella no se relajaba. Su madre y sus hermanas necesitaban urgentemente de su ayuda. Tenía que ahorrar y enviarles dinero, mensualmente. En Paris, la hermosura rusa continuó estudiando el inglés y a frecuentar los castings.
"Yo iba a los castings, incluso si las condiciones de la participación requerían de otros tipos de modelos", recuerda Natalia. Su tenacidad pronto llegó a dar frutos. Vodianova recibió la invitación para participar en la semana de alta moda de Nueva York. Este acontecimiento fue para ella un gran avanze. Ella participó en las muestras de las últimas colecciones de Gucci, Calvin Klein, Ives Saint-Laurent, posó para los mejores fotografos del mundo. ¡Ella por fin fue notada!. Desde ese entonces, el éxito nunca le abandona a la Cenicienta rusa. Su carrera se desarrollaba estrepitósamente. 
Ahora ella agradece incluso las dificultades vividas durante los primeros seis meses en Paris: "Esta bién que todo haya sucedido paulatinamente, porque algunas chicas ascienden muy rápido y caen muy penosamente. Yo paulatinamente me acostumbre a este tipo de negocio y aprendí el inglés. Y cuando todos ellos recurrieron hacia mi - Gucci, Calvin Klein, y todos los demás "Dioses", me fue fácil arreglármelas. Y esto me ayudó a llegar hasta la cúspide, que generalmente no es accesible". ("Izvestia").
  (...continúa)

   

 

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