El profesor canadiense, John Younger, confió a dos grupos de estudiantes de secundaria 10,000$ para que invirtieran en acciones y ellos lograron un rendimiento que más de un fondo de inversión envidiaría. Los jóvenes de 17 y 18 años de edad de los colegios Uruguayo-Americano y The British Schools, obtuvieron un retorno del 42,5% anual y este viernes donaron el total de sus ganancias a una obra de caridad.
Los estudiantes mostrando el cheque |
"Lo lograron porque ellos entienden más de la economía real que los analistas de Wall Street", aseguró a BBC Mundo el profesor Younger, que trabajó 17 años en la banca de inversión en su país y en Nueva York y que vino a vivir a Uruguay hace dos años.
La clave, según Younger y los estudiantes, fue invertir en las empresas de los productos que ellos consumen, además de apostar a algunas fichas "seguras", como compañías petroleras u otros rubros que aparentan más estabilidad financiera.
"Yo tenía pocas expectativas y fue una sorpresa ver cómo acertamos", indicó, Heidi Szeinfeld. Los jóvenes reconocieron que en esto siempre hay una cuota de suerte, pero atribuyeron sus resultados al hecho de que se pusieron a pensar en las tendencias actuales.
"Nosotros, por la edad que tenemos, estamos en el mercado, entendemos lo que hoy en día se consume y se usa, más que los tipos que están todo el día detrás de un ordenador", indicó, Jean Paul Deletraz, en referencia a los inversionistas u operadores.
Apasionados por la Bolsa
Primero los jóvenes decidieron en qué empresas invertir, y lo hicieron en permanente contacto con un corredor de bolsa de Nueva York, al que llamaban para comprar y vender cuando les parecía conveniente.Luego la tarea se convirtió en pasión y en las mañanas, antes de ir a clase, chequeaban el estado de las acciones para seguir las peripecias del mercado."Recuerdo una mañana al llegar al colegio un alumno me dijo muy contento, ‘profesor, ¿vio las ganancias de Apple hoy?’ Eso me demostró que vale la pena hacer un curso así", dijo el profesor.
Younger contó que algunas alumnas decidieron invertir en la empresa de indumentaria Abercrombie & Fitch porque es una marca que les gusta, a pesar de que él les advirtió que era una apuesta riesgosa porque las acciones de los productos de consumo estaban bajando de precio por la crisis internacional.
"Cuando la empresa publicó sus resultados en septiembre u octubre pasado, superaron ampliamente las expectativas, así que ellas tuvieron razón", indicó el profesor, contando cómo también sus alumnos le dieron una lección.
Montaña rusa emocionalPara Younger, el hecho de manejar dinero real le dio una dimensión diferente a la clase y los acercó al mundo real. "Ellos se emocionaban cuando las acciones subían y se preocupaban cuando bajaban, y eso está bien, los hace pensar cómo trabajan las empresas, por qué algunas son exitosas y otras no, no en un sentido abstracto sino en la vida real", dijo.
El profesor John Younger |
Los estudiantes reconocieron que de esta experiencia aprendieron varias lecciones, como ser capaces de arriesgar y de tener paciencia porque la espera a largo plazo puede dar más frutos.
"Decidimos comprar acciones de Research In Motion (RIM), la empresa que fabrica las Blackberrys, porque mucha gente las usa y pensamos que era algo seguro. Pero en un momento vimos que era la empresa que más nos estaba bajando las ganancias del portafolio y decidimos vender la mitad de lo que teníamos invertido. Al poco tiempo nos dimos cuenta de que si hubiésemos esperado un poquito más habríamos hecho más (dinero) del que hicimos", explicó Szeinfeld.
A pesar de que los jóvenes invirtieron dinero real, algunos, como Szeinfeld, aseguraron no sentir que manejaban 10,000$. Aunque sí sentían una responsabilidad sobre sus hombros, otros, como Lennard Stahr, nunca creyeron que pudieran perder porque tenían el apoyo de su profesor.
Younger, el impulsor de esta idea, se siente regocijado por el hecho de haber podido enseñar Economía y Finanzas logrando que los alumnos estén inmersos en el mundo real.
A través del trabajo práctico y de la emoción de los vaivenes del mercado, los alumnos descubrieron un mundo que les resultaba ajeno y hasta atemorizante. "Yo lo veía como una ciencia difícil, ahora veo que es un mundo muy interesante e incluso estoy pensando estudiar finanzas", dijo Jean Paul Deletraz.
Serrana Borches, asegura que más allá de cuál sea su futuro profesional, aprecia la posibilidad de haber aprendido una lección "que te sirve para todo, para la vida, está bueno saber de estas cosas".
Además, los alumnos aseguraron que "se siente bien" saber que lo que ganaron será usado para una obra concreta, la construcción de nuevos salones de clase en una escuela del interior del país. "El año que viene vamos a ver algo construido y está bueno saber que nosotros aportamos para eso", aseguró Borches.
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Adaptado y publicado por Mauritz.
(Fuente: BBC Mundo, Montevideo. Escrito por Verónica Psetizki)
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