viernes, 18 de febrero de 2011

El esqueleto puede ocultar el secreto de la infertilidad masculina

Las células del esqueleto estimulan la síntesis de la hormona principal masculina - la testosterona. La vinculación revelada permitirá crear un mecanismo completamente nuevo para el tratamiento de la infertilidad masculina.
Las células del tejido óseo ocupan sólo el 3% del esqueleto. Todo lo demás - son matriz orgánica y sustancias minerales. Las células (osteoblastos y osteoclastos) son controladas por los procesos bioquímicos, que crean los huesos, que difieren en forma, rigidez y tamaño.
En los procesos de formación y rotura de los huesos participan las hormonas esteroides. Esto es conocido por farmacólogos, médicos y por los que no son especialistas. Durante la adolescencia, el esqueleto de un niño adquiere una geometría específica de género, y luego los niños y las niñas comienzan a usar ropa de diferentes formas. Pero después de la menopausia, los huesos de las mujeres se vuelven más frágiles y se rompen, incluso bajo esfuerzos insignificantes y golpes leves.
Los investigadores de los centros de investigación de Canadá y EEUU, bajo la dirección de Franck Oury de la Universidad del Distrito de Columbia (Columbia University) en 2000, sugirieron, a lo que la gente común no se le ocurrió: que en el sistema del "esqueleto-hormonas sexuales-" existe también la relación inversa. Es decir que no sólo las hormonas influyen en la formación ósea, sino que los huesos también influyen
en la síntesis de las hormonas sexuales. En el experimento, cuyos resultados se publicaron en el artículo Endocrine regulation of male fertility by the skelton, los científicos describen las demostraciones experimentales de que los huesos son además, órganos endocrinos (gónadas).
Constructores y destructores
Los osteoblastos - son células constructoras. Ellos son los que forman la capa sólida, que sintetiza proteínas de la matriz celular (colágeno, osteocalcina y osteopontina), y poco a poco se "empapan" de compuestos minerales. Los osteoblastos se oponen a los osteoclastos y gradualmente destruyen el tejido óseo. Pero esto no significa que las células destructoras hacen daño al organismo. En un cuerpo sano los "destructores" y "constructores" con los esfuerzos conjuntos forman los huesos de propiedades físicas óptimas.
En el equilibrio entre los procesos de destrucción y construcción de la estructura ósea (respectivamente, y en las características físicas de los huesos) influyen las hormonas sexuales.
Para aclarar si existe la relación inversa entre el esqueleto y las hormonas sexuales, Frank Ury y sus colegas realizaron un experimento con las células del tejido óseo y del sistema reproductivo. En un experimento preliminar, los investigadores descubrieron que los osteoblastos estimulan la síntesis de testosterona con las células de los testículos, pero sin afectar las hormonas sexuales femeninas (estradiol y progesterona).
Сomo consecuencia, en todos los demás experimentos, los científicos centraron su atención en el sistema reproductor masculino - en los testículos y en las células de Leydig, que se encuentran entre los túbulos seminíferos y que sintetizan la testosterona y otras hormonas de la serie andrógenica.
En el primer experimento, los científicos hicieron crecer las células de Leydig en presencia de osteoblastos o de otras células "familiares". Resultó que los "constructores" incrementan la estimulación (actividad) de las células productoras de hormonas casi en cuatro veces, mientras que otras células no influyen de ningún modo en la síntesis de la testosterona. Estos datos coinciden con los datos de la observación descrita anteriormente, de que los ratones con déficit de osteocalcina (que se sintetizan por los osteoblastos) se reproducen de forma deficiente. Los investigadores no trataron de buscar la causa de la impotencia reproductiva de los ratones.
Pero si se supone que la osteocalcina estimula la producción de la principal hormona sexual (testosterona), entonces todo queda en su lugar, ya que la testosterona - es la fuente de salud de los espermatozoides.
 Asimismo, la osteocalcina es además la sustancia principal de los osteoblastos - su cantidad es enorme en comparación con otros compuestos sintetizados por las células óseas. Es decir que todas las "evidencias" indican que la hormona ósea probablemente controla a la hormona sexual.
En el siguiente experimento, los investigadores incubaron las células de Leydig con células óseas ordinarias y modificadas genéticamente (que carecen de osteocalcina). Como se supuso, "las células-vacías" no influyen en la síntesis de la testosterona, lo que no se puede afirmar sobre los verdaderos osteoblastos. Luego los investigadores alimentaron a las células de Leydig con osteocalcina purificada, que despues empezaron a producir grandes cantidades de testosterona.
En los experimentos en vivo, los científicos descubrieron que las inyecciones de osteocalcina aumentan la concentración de testosterona en la sangre. Los animales en investigación, que recibieron inyecciones de hormona ósea, se reproducían bien, y, en general, no tuvieron problemas en el sistema reproductivo.
Pero en los animales transgénicos (sin el gene de osteocalcina) el tamaño de los testículos fueron inferiores al de la norma fisiológica. Y además, los espermatozoides de los ratones transgénicos, en duración de vida significativamente eran menores a los de sus "parientes silvestres".
No en el sistema óseo femenino
"Hemos descubierto que los huesos controlan la reproducción, pero sólo en los machos", afirmó Gerard Karsenty, uno de los autores del estudio. "Obviamente ha sido una sorpresa, pero este es el resultado de la investigación", aclaró.  
En el artículo que fue publicado en la revista 'Cell', los científicos detalladamente describen la interacción de los huesos  y los testículos al nivel molecular y genético. "En esta investigación por primera vez se describen y explican las funciones reproductivas del sistema óseo",- escriben los autores del artículo, suponiendo que estos resultados se utilizarán en farmacología. 
El doctor Daniel Grinberg, director del departamento de Genética de la Universidad de Barcelona y miembro de la red Ciber de Enfermedades raras, de su parte comentó: "es un hallazgo interesante, aunque habrá que probar si es así para humanos". "Si es así, se podría estudiar esta vía como uno de los elementos que está regulando la fertilidad masculina. En mujeres, la relación que conocemos es la contraria, el estrógeno afecta al hueso. Ahora vemos que el hueso afecta también al sistema reproductor, pero sólo en machos", concluyó.
(fuentes: Infox.ru ; ElMundo.es ; ABC.es)

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