Para introducirse y entender mejor como la misma causa que provoca una agresión puede desencadenar también una ardiente actividad sexual, se podría logar escuchando la entrevista a Martin Scorcese.
Científicos de varios centros estadounidenses identificaron el nexo entre el sexo y la violencia, la explicación biológica de por qué comportamientos sociales en teoría tan opuestos son, en realidad, tan cercanos. La clave la tiene una red neuronal que se localiza en una zona del hipotálamo.En experimentos con ratones, comprobaron que las neuronas se activan durante un ataque agresivo y se inhiben durante el apareamiento. Aunque el estudio sólo se ha hecho con estos animales de laboratorio, los investigadores sugieren que su hallazgo ayudará a explicar la relación entre sexo y violencia, tan presente en el comportamiento humano.
David J. Anderson y Lin Dayu del Instituto de Tecnología de California primero expusieron a un ratón macho con otro del mismo sexo en una situación que podía desencadenar un comportamiento agresivo y después a uno de esos machos con una hembra en un encuentro sexual. Las neuronas del núcleo ventromedial del hipotálamo (NVM) se activaron en los encuentros con ambos sexos. El 40% de las neuronas NVM se activaron en el encuentro entre machos, pero solo la mitad de ellas permanecieron activas durante el ataque. Por el contrario, aproximadamente un tercio de las células estaban excitadas cuando hubo presencia femenina. Ese nivel se redujo en dos tercios cuando comenzó el apareamiento. La activación
simultánea de algunas neuronas durante las primeras fases de los encuentros –agresión y relación sexual- indican que «ambos comportamientos están profundamente enraizados en la arquitectura básica del cerebro», explica en una editorial que acompaña el estudio, el neurólogo Clifford Saper de la Escuela de Medicina de Harvard.¿Podrían manipularse estas neuronas para reducir el comportamiento agresivo? Para responder a esta cuestión el grupo de Lin actuó de forma experimental sobre el hipotálamo de los ratones y obtuvo resultados temporales. Durante una semana el 25% de los animales que había intentado atacar a otros machos redujo su agresividad. Lo que abre una puerta a utilizar la información de este experimento para cambiar el comportamiento humano. Casi como se narraba en la «Naranja Mecánica», la película de Kubrick en la que un psicópata delincuente que combina su violencia con la violación de mujeres es sometido a una terapia de aversión para eliminar cualquier signo de violencia. El estudio de «Nature», quizá sea solo el primer paso.
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