El desarrollo de la inteligencia general depende de los parámetros físicos de la corteza cerebral.
Numerosos estudios han confirmado que el grado de desarrollo de las capacidades cognitivas del ser humano en gran parte lo determina la estructura interna de determinadas regiones del cerebro.
Sin embargo, la relación entre el espesor de la corteza cerebral y el nivel de la inteligencia no fue estudiada lo suficiente, ya que todos los trabajos realizados se limitaron a estudiar solo a un grupo relativamente pequeño de sujetos.
Por eso nos podemos hacer la siguiente pregunta: ¿Es la inteligencia una o existen varias inteligencias, y cuál su base biológica? Las técnicas de neuroimagen, que permiten a los científicos explorar inocuamente el cerebro de personas vivas, están permitiendo encontrar respuestas a preguntas como esta, que tienen una clara repercusión social.
Imagen: Universidad McGill |
{Izquierda: con mayor grosor de corteza cerebral en determinadas regiones. Derecha: relación desapareció cuando se anuló la influencia de la inteligencia general}
Las últimas investigaciones efectuadas por un equipo de especialistas de la Universidad de McGill (Canada), Universidad de California en Irvine (EEUU) y Universidad de Edinburgo (Escocia), completaron el estudio: los científicos lograron reunir los datos definitivos de examenes médicos de 216 niños y adolescentes sanos en EEUU de edades desde 6 hasta 18 años. El análisis
de los resultados obtenidos permitió a los especialistas separar determinadas regiones de la corteza cerebral, cuyos grosores corticales realmente influyen en las capacidades cognitivas en aspectos específicos.Enel estudio, los especialistas se basaron en los resultados de cuatro subpruebas que ámpliamente se utilizan en la psicología moderna de la prueba de Wechsler (que se utiliza para evaluar el nivel general del intelecto de niños y adultos) y en los datos tomográficos de resonancia magnética. La variada serie de pruebas eran de naturaleza verbal, viso-espacial y numérica. Se obtuvo una puntuación para cada una de esas clases de tareas, pero además un índice de capacidad general para cada sujeto. El resultado mostró que el carácter más notable de enlace entre el intelecto y el grosor de la corteza cerebral se observa en aquellas zonas responsables de procesamiento de la información que ingresan desde diferentes zonas del cerebro. La conclusión final sorprendente fue que cuando se consideran las puntuaciones por separado anulando la influencia de g, las relaciones con el grosor cortical desaparecen.
"Lo que queda cuando se descuenta la capacidad general (g) es ruido sin valor para el cerebro" concluye Colom. "Si alguien es muy bueno con el lenguaje es mucho más probable que improbable que también lo sea con los números y en el procesamiento viso-espacial", añade. "El hecho de que se usen pruebas verbales, numéricas o viso-espaciales no es realmente importante para comprender las relaciones de nuestra inteligencia con la biología, sino el hecho de que capturen esa capacidad general o g con mayor o menor intensidad".
Por eso, parece que no existe una colección de capacidades separadas, sino que una poderosa capacidad general (denominada g) condiciona el rendimiento en situaciones variadas que requieren el uso del intelecto.
Sin embargo, "gurús mediáticos como Howard Gardner, Robert Sternberg o Daniel Goleman han logrado convencer a bastantes ciudadanos de lo contrario", dice Roberto Colom, catedrático de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, que ha participado, junto con los demás investigadores de dichos países, en un estudio que será publicado en la revista NeuroImage.
Autores como Gardner, recuerda Colom, han sostenido que no existe nada parecido a una capacidad intelectual general sino que, por el contrario, algunas personas destacan en el manejo del lenguaje, mientras que otras destacan con los números o en actividades que requieren procesamiento viso-espacial. Alguien podría ser perfectamente torpe con el lenguaje y excepcional con los números, según ellos.
Además, los investigadores señalan de que los resultados obtenidos pueden utilizarse para elaborar la teoría que explique la disminución de las funciones cognitivas que se observan en las personas ancianas y pacientes psíquicos.
Estos resultados no deben verse como contradictorios respecto a las pruebas existentes de la especialización funcional de las regiones de la corteza cerebral, advierten los autores del estudio, cuyo primer autor es Sherif Karama, de la Universidad McGill (Canadá). Solo se refieren al grosor de la corteza, que se cree refleja la densidad y la distribución de las neuronas y otras células y fibras del sistema nervioso.
(fuentes: ElPais.com ; Science.compulenta.ru)
La definición de inteligencia de la sociológa Linda S. Gottfredson
Gottfredson definió en 1997 la inteligencia humana como "una capacidad mental muy general que, entre otras cosas, incluye la aptitud para razonar, planear, resolver problemas, pensar de forma abstracta, comprender ideas complejas, aprender rápidamente y aprender de la experiencia. No es únicamente aprender de los libros, una habilidad académica limitada, o hacer bien los tests (pruebas). Por el contrario, refleja una capacidad más amplia y profunda de abarcar lo que nos rodea".
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